HISTORIA DE LA FACULTAD DE ESTOMATOLOGIA


En 1964 existían en el Perú tres facultades de Odontología: San Marcos, la más antigua, Santa María de Arequipa y San Luis Gonzaga de Ica.  Ninguna preparaba asistentes ni técnicos de laboratorio dental. Frente a esta situación, el Dr. Roberto Beltrán por entonces Profesor de Clínica Estomatológica en San Marcos y en San Luis Gonzaga, propuso a las autoridades de la Universidad Peruana Cayetano Heredia la creación de una escuela para auxiliares de Odontología. Era conocida la falta de preparación de este personal especialmente del técnico de prótesis dental. Las investigaciones realizadas internacionalmente habían demostrado el aumento de productividad en el consultorio cuando se contaba con la colaboración de eficientes asistentes e higienistas dentales.  Por otra parte, los esfuerzos clínicos del odontólogo por realizar tratamientos protésicos de calidad se veían entorpecidos por la escasa preparación de los pocos técnicos que actuaban en ese campo. Esto era especialmente grave cuando se trataba de prótesis fija, ya que para la removible de base metálica se contaba con un par de laboratorios de buen nivel.

La propuesta fue bien acogida, pendiente de encontrarle financiación. En 1997 las primeras ideas para ampliar la propuesta original en el sentido de crear una Facultad de Estomatología que incluyera la escuela de auxiliares fue presentada a la W.K.Kellogg Foundation por el Dr. Beltrán, quien hizo una visita personal a la sede de la Fundación en Battle Creek, Michigan, durante su permanencia en los EE.UU como consultor de OPS/OMS. El viaje, solventado con recursos personales, también fue utilizado para pedir consejo a sus antiguos profesores los Drs. Alvin L- Morris en Kentucky y George A. Krikos en Filadelfia. Este último proporcionó al Dr. Beltrán copias de proyectos de universidades de los Estados Unidos.

Con las recomendaciones recibidas se inició la fase de preparación de un proyecto destinado a obtener financiación de la Fundación W. Kellogg. Una de las recomendaciones recibidas fue la de conformar una Comisión que contara con el apoyo de un grupo de líderes de la profesión.

La Universidad incorporó al Dr. Beltrán como Profesor Ad-Honorem del Departamento de Medicina Humana en 1997 y le encargó la elaboración de un proyecto; para ello lo nombró Adjunto en la Dirección de Planificación de la Universidad, que presidía el Ing. Hugo Pereyra. En la Dirección de Planificación se elaboró un anteproyecto que incluyó dos cuerpos de consultores, uno nacional y  otro internacional. El anteproyecto fue conocido por el Consejo Universitario, que acto seguido nombró una Comisión Asesora de la Dirección de Planificación, la misma que estuvo conformada por el Dr. Emesto Salem del Departamento de Cirugía la Dra. Emilia Gartner de Nuñez del Departamento de Salud Pública, el Dr. Antonio Montalbetti del Dpto. de Medicina y el Dr. Mario Saldaña del Departamento de Patología, además del Dr. Roberto Beltrán que la presidía y del Dr. Wilson Delgado que actuaba como Secretario.

La Comisión Asesora sesionó regularmente hasta completar un segundo anteproyecto que fue aprobado por el Consejo Universitario, el cual, entendiendo que el proyecto requería el concurso de un grupo más numeroso de odontólogos, encargó al Dr. Beltrán la conformación de una Comisión Organizadora encargada de completar el proyecto. Esta estuvo integrada por los odontólogos Drs.  Juan Bernal, Ramón Castillo, Wilson Delgado, Juan Palacios, y Guillermo Zarate; y los médicos, Emilia Gartner de Núñez y Emesto Salem además del Dr. Beltrán que la presidió. Más adelante se incorporaron a la Comisión Organizadora los Drs.  Hemán Villena y David Loza.

En Abril de 1969, a propósito de una segunda consultoría que el Dr. Beltrán prestó a OPS/OMS, en Washington, el Proyecto fue presentado al Dr. Philip E. Blackerby Presidente de la Fundación W.K. Kellogg, quien hizo algunas recomendaciones para la elaboración de una propuesta definitiva a la Fundación. El Proyecto para la nueva facultad recibió también el apoyo del Dr. Darío Restrepo-Gallego, por entonces consultor en Odontología de OPS/OMS con sede en las oficinas centrales de la Organización, en Washington.

Con estos antecedentes y aprobado el Proyecto para la creación de la Facultad de Estomatología, el once de Diciembre de 1969, el Consejo Universitario acordó aprobar el  funcionamiento de la nueva Facultad

Poco después en febrero de 1970, por acuerdo del mismo Consejo, se creó el Departamento de Odontología, incorporándose a él a los profesores Roberto Beltrán, Juan Bernal, Ramón Castillo, Wilson Delgado, David Loza, Juan Palacios, Hernán Villena y Guillermo Zárate, quienes temporalmente estuvieron ubicados en el Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina.A estos profesores se les conoce como los Fundadores de la Facultad de Estomatología de la UPCH.

Con base en el eventual apoyo de la Fundación y el interés mostrado por OPS/OMS se procedió a preparar una Solicitud de Colaboración y Proyecto de Desarrollo dirigido a ambas instituciones. El papel de apoyo técnico quedó en el ámbito de OPS/OMS, en tanto que el financiamiento del Proyecto sería asumido por la Fundación con una contrapartida de Cayetano Heredia.

Por entonces recibimos la visita del Dr. Mario M. Chaves, quien había recibido el encargo de la fundación para ayudarnos en la preparación de la Propuesta Definitiva. La colaboración del Dr. Chaves fue de gran importancia, especialmente para preparar el cuadro de desarrollo de personal docente, cuyos haberes deberían ser absorbidos progresivamente por la Universidad.

 La Propuesta fue presentada al Dr. Ned C. Fahs, funcionario de la Fundación Kellogg, quien durante su visita a la Universidad en Abril de 1970, nos instó a enviar la propuesta ese mismo año, asegurando, su total apoyo.

Fue así como el mismo año el proyecto definitivo, previamente aprobado por el Consejo Universitario, con el endose de la Dirección de Planificación que dirigía entonces el Dr. Mariano Querol fue remitido oficialmente  a la Fundación W.K.Kellogg y a OPS/OMS.

 Como parte de la colaboración de OPS/OMS, los Drs. Roberto Beltrán, José Del Carpio y Guillermo Zárate, fueron becados para realizar un seminario viajero destinado a presentar el proyecto de la nueva Facultad a un grupo seleccionado de facultades y escuelas de Odontología con programas innovadores en Colombia, Venezuela, Guatemala y los Estados Unidos. Se trataba de recoger experiencias y opinión técnica para perfeccionar el Proyecto.  

Durante el Seminario Viajero, a fines de 1970, cuando nuestros profesores estaban visitando la Escuela de Odontología de la Universidad de Maryland, en Baltimore, su Decano el Dr. John J. Salley les comunicó que el Dr. Fahs de Kellogg estaba al teléfono preguntando por los profesores del Perú. Grande fue la alegría cuando el Dr. Fahs les comunicó que la Fundación había aprobado un donativo de US$ 413,557.00 para un proyecto de cinco años de duración. Este donativo fue uno de los mayores que la Fundación concedió por esos años a una universidad de América Latina

El Seminario Viajero realizado entre el 27 de Setiembre y el 12 de Diciembre produjo un voluminoso informe que contiene las observaciones realizadas y las opiniones recogidas en 15 instituciones. Como era de esperar, las ideas fundamentales recogidas durante el seminario viajero fueron incorporadas al acerbo de información, que luego sirvió para poner en marcha la nueva Facultad.

En Octubre de 1970 nuestra Universidad recibió de la Fundación Kellogg la carta de donación. No sin esfuerzo, se logró que el Consejo Universitario aceptara el donativo. El problema residía en el compromiso económico que significaba para la Universidad asumir progresivamente el pago de los salarios al profesorado y habilitar una Clínica Odontológica para la nueva Facultad. En este caso, como en otros en los cuales se tuvo que tomar decisiones difíciles, el Consejo optó por asumir el riesgo y aceptar el donativo en las condiciones planteadas por la Fundación fijando el mes de Enero de 1971 como fecha para el inicio del Proyecto. Con ello la nueva Facultad quedó incorporada definitivamente en los planes de desarrollo de Cayetano Heredia.

En octubre de 1971 el Consejo Nacional de la Universidad Peruana (CONUP) aprobó el proyecto de reorganización de Cayetano Heredia, proceso al cual tuvieron que someterse todas las universidades del Perú, según lo dispuesto por la nueva ley universitaria en 1969. Como parte de la aprobación se incluyó al entonces denominado "Programa Académico de Estomatología" de modo que el nombre "Programa Académico" sustituyó a "Facultad", término que fue eliminado de la nueva nomenclatura legal

Uno de los aspectos críticos del proyecto era la construcción y equipamiento de la Clínica Odontológica. La Fundación otorgó fondos en el proyecto para el desarrollo del profesorado y equipamiento de la clínica con la condición de que la Universidad proporcionara el local correspondiente.

En los planes originales, cuando Cayetano Heredia decidió trasladarse al Cono Norte y utilizar el Hospital del Ministerio de Salud que se encontraba en etapa final de construcción, el Ministerio aceptó una propuesta que se le formuló para construir una pequeña clínica dental en los predios del Hospital Docente. En Marzo de 1969 entró en funcionamiento el Hospital ahora llamado Cayetano Heredia, teniendo como odontólogos a los Drs. Roberto Beltrán y Juan Bernal quienes, previo concurso, se incorporaron con cargo Docente-Asistencial a Tiempo Completo primero, y a Dedicación Exclusiva más tarde. Fue así como la aprobación del donativo para un proyecto que debía iniciarse en 1971, tuvo en el hospital los recursos humanos que hicieron posible la incorporación de la educación odontológica como tarea también asistencial a nivel hospitalario.

El pequeño consultorio externo de Odontología fue transformado hasta duplicar su capacidad operativa, sumándose a ello el incremento de la producción de servicios, gracias a la creación del primer Internado Odontológico Hospitalario del Perú.

Se incorporaron como internos de Odontología un grupo de exalumnos procedentes de San Marcos: los Drs. Jorge Arias, Franz Barraza, Pablo Rojas y Freddie Williams, a los cuales se agregaron más adelante los Drs. Hugo Aguayo y Fernando Donayre, exalumnos de la Universidad de Ica. Estos jóvenes profesionales de reciente graduación se incorporaron luego al plan de formación de profesores conocido como "Programa de Predocentes, que incluía un período de entrenamiento en el Perú y otro en el extranjero. En 1971 se contaba ya con el apoyo económico del Proyecto Kellogg, lo cual permitió otorgarles un modesto estipendio.

Gracias al dinamismo del grupo de profesores que formaban la Comisión Organizadora, y la presencia de los internos y predocentes, se creó el "Sistema de Odontología Comunitaria” que consistió en vincular el servicio Dental del Hospital con los odontólogos que ejercían en el área de influencia de la Institución. De esta manera, se pudo mejorar la atención de los pacientes dándole un sentido de integralidad.  No contentos con este avance los profesores de la Comisión Organizadora prepararon un programa de cursos cortos teórico-prácticos para dentistas en ejercicio. Estos cursos, que fueron muy bien acogidos por la profesión, constituyeron la base del desarrollo del concepto de "Aprendizaje, Clínico Intensivo" que tuvo tanta influencia en el diseño curricular de la nueva facultad.

A comienzos de 1971 el Dr. Beltrán fue invitado por OPS/OMS para participar en el Primer Taller de Recursos Humanos organizado por la unidad que dirigía el Dr. José Roberto Ferreyra. El taller, en el cual participaban enfermeras, médicos y odontóIogos de diversos países de América Latina, tuvo como tema crear un modelo de educación en ciencias de la salud para un determinado país, cuyos datos sociales, económicos y políticos se entregaban para su consideración. Del Perú concurrieron, además del Dr. Beltrán, el Dr. Homero Silva, médico y la Sra Susana Espino, enfermera. No cabe la menor duda de que este entrenamiento de siete semanas de duración, realizado en la sede de OPS/OMS, fue de enorme influencia en el desarrollo del currículo de la Facultad de Estomatología.

Fue así como la Comisión Organizadora desechó la práctica común de adaptar el currículo de otras escuelas y se abocó a la tarea de crear un currículo original que respondiera a las necesidades de salud de nuestra población y a las demandas de educación de la juventud con interés en la Odontología.

El trabajo de diseño curricular que ocupó más de un año con sesiones diarias, produjo un modelo diferente a los habituales.  Basado en las variables: Necesidades de Salud y Funciones para la Atención de la Salud, estructura un conjunto de módulos para el aprendizaje intensivo de necesidades y funciones, de modo que las competencias profesionales de los graduados quedaron perfectamente delimitadas. El currículo así elaborado creó el Aprendizaje Clínico Intensivo, adaptó el concepto de Clínica Integral e incluyó el Internado Hospitalario y el Internado Rural como experiencias del pre-grado. Este importante conjunto de innovaciones fue expresión de la Matriz y Taxonomía de Funciones Odontológicas, aporte original de nuestra Facultad a la educación odontológica nacional e internacional.

La primera promoción de alumnos de Estomatología, del curso para Asistentes Dentales y de Tecnología de Prótesis que llegó a la etapa de práctica, nos encontró todavía en situación de no poder ofrecerles sino un ambiente provisional en el sótano del Edificio de Facilidades Docentes del Hospital. Allí se habilitó un módulo experimental para trabajo a cuatro manos, una clínica con equipo usado, donado por la Escuela Dental de la Universidad de Maryland y un laboratorio de prótesis, además de las oficinas administrativas ya existentes.

A estas alturas del desarrollo seguíamos trabajando con promociones pequeñas, (las cinco primeras totalizaron 30 exalumnos).  Las gestiones para habilitar la clínica en el Hospital Docente resultaron infructuosas. Cabe recordar la tenaz oposición del representante de la Facultad de Ciencias ante la Dirección de Planificación para que se cediera un espacio dentro del predio de la Universidad.  La actitud de esta persona no fue singular, hubieron adversas reacciones de otros profesores y autoridades durante el Rectorado del Dr. Carlos Monge C., posición que hizo abortar la propuesta que éste hizo de ceder a la nueva facultad el primer piso del ala sudeste del edificio central, y cumplir así con el compromiso adquirido con la Fundación. La necesidad y urgencia de contar con una clínica llevó a los profesores fundadores a ofrecer su patrimonio personal como garantía para adquirir un predio vecino y construir en él la Clínica. Esto tampoco fue aceptable para las autoridades de entonces.

En vista de la situación descrita, no quedó otra alternativa que recurrir nuevamente a la Fundación Keflogg, la cual aprobó un donativo de 225,000 dólares para la construcción de la Clínica. El Rector de entonces, Dr. Homero Silva Díaz, apoyó la designación de una área de terreno como parte del Plan Maestro para el desarrollo integral del campus universitario.

Según este plan, en el extremo sureste del predio universitario próximo al hospital se ubicarían las clínicas médica y odontológica. En conversaciones con el Decano de la Facultad de Medicina se dividió el terreno asignado en dos partes de igual dimensión, correspondiendo la porción próxima al hospital a la Facultad de Estomatología.

En Mayo de 1982, con ocasión de la visita del Dr. Andrew Patullo, Vice Presidente de Kellogg, se colocó la primera piedra del edificio de la clínica, iniciándose luego la construcción, El Rector, Dr. Homero Silva y el Decano de Estomatología Dr. Hernán Villena presidieron este histórico evento.

El proyecto para la construcción fue encargado al Arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos. Prueba de la calidad del proyecto diseñado por este prestigioso profesional fue la obtención de un premio especial en un importante concurso arquitectónico. Cabe recordar el aporte técnico-odontológico del personal de profesores, especialmente de los Drs. Wilson Delgado, Fernando Donayre y David Loza, quienes trabajaron arduamente en la preparación de los programas requeridos para desarrollar un proyecto que respondiera a las necesidades funcionales y estéticas de la Clínica. En razón de las ampliaciones que fue recibiendo el proyecto con base en una más rigurosa programación, los fondos recibidos alcanzaron solamente para terminar el casco del edificio, sin acabados y por supuesto sin equipamiento. El desarrollo logrado superó las expectativas originales, pero nos dejó en 1983 con un edificio inconcluso, que permaneció en tal condición hasta 1985. Las gestiones realizadas en este lapso para obtener financiación y concluir el proyecto no fueron exitosas.

Por entonces, el Dr. Beltrán desempeñaba el cargo de Director de Programa en la Fundación Kellogg. Su presencia en Battle Creek, facilitó la obtención de un nuevo donativo de la Fundación Kellog por la suma de un millón trecientosmil dóIares. El nuevo proyecto, que tuvo como propósito el desarrollo de la Atención Primaria de la Salud en el área de influencia de Cayetano Heredia, incluyó la suma de 750,000 dólares para la terminación y equipamiento de la Clínica. A esta cantidad se agregó la contraparte de la Universidad cuyo monto fue de 250,000 dólares.

El 9 de Mayo de 1989, siete años menos un día después de colocada la primera piedra, la Facultad de Estomatología ve hecho realidad algo que en los primeros años parecía un sueño imposible. Desde entonces Cayetano Heredia cuenta con la mejor Clínica Odontológica del Perú, que es, sin lugar a dudas, una de las más avanzadas del Continente.

Habían transcurrido veinte años desde que el documento "PROGRAMA ACADEMICO DE ESTOMATOLOGIA PROYECTO DE DESARROLLO" fuera puesto en manos de las autoridades universitarias, del Dr. Philllip E. Blackerby, Odontólogo y Presidente de la W.K. Kellogg Foundation y del Dr. Darío Restrepo-Gallego, de OPS/OMS.

Cuando en 1978 se envió a la Fundación el último informe del proyecto desarrollado gracias a su importante ayuda, habíamos graduado 22 odontólogos, 86 asistentes dentales y 51 técnicos de laboratorio Dental. Habíamos completado el entrenamiento de 105 internos procedentes de otras universidades del país. Así mismo, habíamos dictado 49 cursos cortos de postgrado con el concurso de 14 profesores extranjeros, además de nuestro personal y publicado 18 trabajos de investigación. Quizá más trascendente aún, habíamos becado en el Perú y en el extranjero a 19 docentes, cuya educación especializada reforzará el plantel docente.

En lo que toca a las relaciones interinstitucionales, cabe destacar que desde sus primeros años nuestra Facultad desempeñó un papel protagónico en la organización de la Asociación Peruana de Programas Académicos de Odontología (APPAO). Esta institución fundada en 1971 a iniciativa nuestra, trabajó para lograr un consenso entre a las cinco escuelas de Odontología existentes. Kellogg, con un donativo de 125,000 dólares, facilitó la organización de una oficina, encargada de fomentar actividades de apoyo a la educación superior en Odontología. El Dr. Naldo Balarezo, profesor de nuestra Facultad y encargado de la Dirección Ejecutiva, llevó a cabo numerosos talleres de formación docente - asistencial, con actividades que tuvieron como participantes a profesores de Enfermería, Medicina y Odontología.

Después de un largo periplo la Presidencia de la Asociación Peruana de Facultades de Odontología (ASPEFO) tiene su sede en nuestra Facultad.  Con ello se presenta una nueva oportunidad para generar consensos.

Volvamos a fines de los años 80. Con la inauguración y puesta en marcha de la Clínica Odontológica se abre un nuevo período de desarrollo. El prestigio interno, nacional e internacional de la Facultad había alcanzado niveles realmente excepcionales. Las autoridades de Cayetano Heredia reconocían reiteradamente los méritos de la Facultad y la citaban como ejemplo de organización y calidad educativa.

Se aproximaba la fecha que señalaría el cumplimiento de veinticinco años de esfuerzos y dedicación. La Facultad se aprestaba a celebrar sus bodas de Plata. El trabajo desplegado por el Comité Organizador presidido por el Dr. Ramón Castillo, se vio recompensado con el éxito obtenido durante un semana de actividades que en realidad constituyeron un verdadero Congreso de Educación Odontológica.

Profesores invitados de la talla del Dr. Flavio Fava de Moraes, Odontólogo Rector de la Universidad de San Pablo del Brasil y de los Drs. Jens Andreasen de Dinamarca y John Salley de los Estados Unidos, dieron categoría internacional a esta celebración. También concurrió especialmente invitado el Dr. Dario Restrepo-Gallego, exfuncionario de OPS/OMS, quien en su momento contribuyó de manera trascendente al desarrollo de la Facultad.

Dada la importancia de estas celebraciones las autoridades decidieron preparar un libro conmemorativo, encargando dicha tarea al Dr. Hemán Villena. La publicación de este valioso documento se vio demorada por la forma acuciosa con que se trabajó para ubicar la documentación de base histórica y gráfica. Por otra parte, su preparación y publicación demandó una considerable inversión económica, que necesariamente tuvo que competir con obligaciones a veces de mayor urgencia. Este libro actualmente está siendo distribuido

El tiempo transcurre sin reparo y las condiciones sociales, económicas y políticas cambian. Nuestra Facultad se desenvolvió durante la década del noventa adelantándose, en lo posible, a las nuevas condiciones del país y de las universidades.

Modificaciones legislativas introdujeron la lógica del mercado al sistema educativo peruano. Se incentivo la inversión privada en educación, multiplicándose el número de universidades y con ellas el número de facultades de Odontología. En 10 años se crearon más facultades de Odontología que en toda la historia. Aquí es preciso dejar sentado que la mayoría de estas nuevas facultades carecen de profesorado idóneo y de los recursos de infraestructura física que se precisan para una educación con la complejidad que caracteriza a la educación odontológica.

Frente a estas condiciones una institución como Cayetano Heredia, creada bajo el concepto de comunidad universitaria dimanada de la sociedad peruana, sin gestores financieros ni propietarios tuvo que revisar sus estrategias para seguir contribuyendo con seriedad al desarrollo de la educación superior, sin abdicar de sus principios

Dos fueron las medidas más importantes adoptadas por la Facultad de Estomatología. Primero, la creación de los programas de especialización y de grado para atender la creciente demanda de jóvenes que aspiraban a una formación seria de postgrado, que no siempre podían solventar fuera del país. Y, segundo, la modificación de las políticas de admisión, ampliando las vías de ingreso, para captar a una porción mayor del postulantes a estudios odontológicos; cuidando al mismo tiempo de que los nuevos postulantes cumplieran con poseer los mejores antecedentes escolares y personales.

Obviamente, el desarrollo del Postgrado y el incremento del número de alumnos, demandó la ampliación de la infraestructura.  Se terminó el tercer piso y se construyó un cuarto piso en el edificio de la Clínica. El prestigio de la Facultad, su organización y solvencia hicieron posible la obtención de un préstamo bancario abalado por la Universidad.

En el ámbito de la Administración universitaria, cabe subrayar que nuestros profesores han ocupado importantes cargos como autoridades universitarias y como miembros de la Asamblea Universitaria y del Consejo Universitario, así como integrantes de numerosas e importantes comisiones. Han sido Vice Rectores los Drs. Juan Bernal, Naldo Balarezo y Hemán Villena. En la Actualidad desempeña el Vicerectorado Académico el Dr. David Loza, anterior Decano de nuestra Facultad.  

En síntesis, puede decirse que la Facultad de Estomatología de la UPCH nunca ha dejado de crecer y desarrollarse, manteniendo en forma permanente su condición primigenia de escuela experimental en el campo de la educación odontológica.  

Este relato, aunque breve, no puede concluir sin mencionar otra de las dimensiones del trabajo de la Facultad, se trata del esfuerzo en los campos de la investigación y de las publicaciones. Sólo a título de ejemplo, por tratarse de un evento reciente, señalaremos que el encuentro internacional de Patología Bucal auspiciado por nuestra Facultad, ha dejado una producción científica notable, tal como lo certifican los extractos correspondientes publicados en la Revista de la Facultad, órgano oficial de la Institución. Además de la publicación de la revista, el profesorado de la Facultad viene produciendo desde 1977 una serie notable de manuales y libros, algunos de los cuales son de uso no sólo en nuestra institución, sino también en otras escuelas, tanto de nuestro país como del extrajero. Ahora es frecuente que la Facultad invite a la comunidad universitaria nacional para la presentación de un nuevo libro o manual. Estos actos, siempre muy concurridos, son ocasión favorable para diseminar las ideas que sustentan nuestro quehacer universitario.

Para voltear la última página de esta reseña histórica de la creación y desarrollo de la Facultad de Estomatología de la UPCH nos remitiremos a las fuentes de su original inspiración. Los fundadores tuvieron, en el amor a la Patria, el motor principal de sus acciones. Su preocupación por la salud de los peruanos, y su convencimiento de que la educación de profesionales científica, técnica, y socialmente competentes, poseedores de una sólida formación ética, precisaba de un nuevo modelo educativo, los llevó a entregar lo mejor de sí en una gesta que resultó poco menos que heroica.

El nuevo modelo tenía como referentes la salud bucal de la población y las necesidades de educación de los jóvenes que aspiran a ser odontólogos. De nuestros afanes en lo educativo y del interés por la investigación hemos dado cuenta en párrafos precedentes.  Ahora, toca completar esta reseña con la grata mención al trabajo de "Integración y Acción Social", términos que nos parecen más justos, puesto que “proyección "extensión” a nuestro juicio resultan limitativos.

 El trabajo de nuestros profesores y alumnos en la comunidad se inició muy temprano, y compromete a los estudiantes desde los primeros años. Los componentes mayores de este cometido, fueron: uno de carácter preparatorio, desarrollado en las comunidades vecinas a la Universidad, tiene un escalonamiento que parte del reconocimiento situacional y avanza hasta organizar un servicio permanente y el otro, aplicativo terminal, de alcance regional y nacional: el Internado Rural.

Las tareas que los alumnos desarrollan en la comunidad inmediata expresan nuestro concepto de integración docente-asistencial en su forma más agresiva, y preparan al alumno para adquirir progresivamente capacidad de actuación independiente, la cual ha de servirle más adelante cuando asuma responsabilidades mayores en el Internado Rural.

 Desde la primera promoción, nuestros muchachos cumplieron con un período de permanencia en el medio rural, lejos de Lima. Su desempeño al servicio de comunidades remotas formó parte de su educación de pregrado. Año tras año fuimos penetrando la zona de influencia regional de Cayetano Heredia hasta cubrir todo el centro del País.

La historia de la Facultad de Estomatología contiene, como toda aventura humana verdadera, episodios de conflicto, choque de pareceres y voluntades diferentes que en su momento fueron dolorosos. Ha primado, sin embargo, el espíritu de cuerpo, la decisión positiva de construir para la Patria; una muestra de ello es que el consenso, siempre alcanzado al momento de elegir a un nuevo Decano, despejó - en cada ocasión - el camino hacia el progreso. Al fin, han sido muchos más los momentos de una profunda camaradería, de auténtico compañerismo. Se apretujan en nuestra memoria los recuerdos de tantos momentos compartidos. En efecto, las anécdotas felices podrían llenar otras tantas páginas.

Las evidencias del pasado nos permiten afirmar, que del espíritu solidario que alienta el trabajo de los odontólogos heredianos, habrán de surgir las nuevas ideas y crecer las voluntades capaces de hacerlas realidad

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